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viernes, 23 de octubre de 2015

ROSQUIS EN EL CUENTACUENTOS DE UN PAPÁ COMO VADER

Había una vez un bebé-niño de 21 meses al que no le gustaba que le leyeran cuentos y que sólo disfrutaba rasgando sus pop-ups y rompiendo páginas. Érase una vez una madre "lletraferida" (bibliófila hasta la médula) que quería aficionarle al buen arte de escuchar un cuento. Había una vez una tienda de juguetes, Imaginarium, en que todos los sueños de los peques se hacen realidad, donde nos citaron, gracias a Madresfera a una sesión de cuentacuentos en pleno centro de Barcelona con un papi muy divertido, Un Papá como Vader. Y es que si él no conseguía la atención de Rosquis, nadie sería capaz...

Primero tímido y escondido entre mis piernas o las de su abuelo, y luego ya comenzando a jugar a su manera y, sobre todo, correteando con un taburete a modo de correpasillos al grito de ¡"Vaya, caya", Rosquis se iba a sumergir en el fascinante mundo de los "Cuentos y otras historias maravillosas".

Con una mesa decorada de Halloween para la ocasión, Rosquis se aficionó a merendar alguna cosita, aparte del medio plátano traído de casa que, a duras penas, había conseguido que comiera. Mientras tanto, Mamá Rosquillas ponía cara y saludaba a algunas bloggers de Bacelona, con las que acostumbra a hablar vía twitter.

Más tarde llegó el momento de la verdad: Carlos Escudero, alias @comovader nos sumergió en el siempre fascinante mundo de los cuentos infantiles, un mundo que no ha de ser silencioso, pues los niños necesitan hablar y moverse, aunque se les esté explicando un cuento, ni tampoco rutinario. ¿Por qué un cuento antes de ir a dormir como rutina? Aún es más fascinante podérselo explicar durante el día.
 Y, tras  revelarnos algunos de sus cuentos favoritos, comenzó el cuentacuentos propiamente dicho con tres historias, entre las que pude oir sin más o menos interrupciones, "Amunt i avall" y "Dónde está mi zombie" (la más demandada por los peques más mayores de la sala). Pero Rosquis seguía en sus trece, corriendo arriba y abajo, ajeno a los cuentos y a todo en general. Pero, según me dijeron, no todo está perdido en cuestiones cuentístico-literarias, aún hay esperanza para él, a ver qué ocurre entre los 2 años y medio y los 3...

10 comentarios:

  1. Seguro que Rosquis se lo pasó en grande aunque no hiciera mucho caso de este gran cuentacuentos que tenía con vosotros :) Espero que la próxima vez se pueda hacer un viernes por la tarde o tener fiesta, para poder ir con la peque. A la que intento leerle alguna cosilla de vez en cuando
    Saludos

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    1. Al menos, Carlota seguro que se deja leer algo :-) Pues sí, ojalá se hiciese en viernes o en finde, mucho mejor! besitos!

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  2. Yo sé de dos que se pasaron media hora pidiendo el cuento de la Luna y cuando llegó el momento se fueron a pintar para luego quejarse de que no habían oído el cuento...
    Simplemente son niños, y hay ratos que están más dispuestos que otros

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    1. Bueno, qué se le va a hacer, se distrayeron, claro!...Pero es que Rosquis nunca está dispuesto a escuchar un cuento, ya viste que es un niño de acción, jaja. besitos!

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  3. Mi sobrina mayor tardó en quedarse sentada y centrar la atención en los cuentacuentos. En cambio el pequeño desde el primer día se queda embobado con ello. Eso si, la peque en cuanto se hizo un poco más mayorcita pedía ir ella, así que nada de perder la esperanza ^_^

    Un abrazo :)

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    1. Cada crío es un mundo, al mío es que le va la marcha y eso de estar atento a la lectura, pues le aburre un poquito. besitos y gracias x comentar!

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  4. Ya verás, hay esperanza :))) ¡en menos de un año va a hacer un cambio que no lo vas ni a reconocer! :)

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    1. Eso espero, Annabel, a ver si lo podemos "ilustrar" un poco, todo en esta vida no ha de ser gritar y correr, digo yo :-) Besitos!

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  5. Mi mostrenkina tampoco es de oír cuentos.. pero lo que sí le gusta es pasar las hojas y ver los dibujos.. cada niño es diferente...
    Igual dentro de medio año, Rosquis se engancha a los cuentos.. a saber!!

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    1. A ver qué pasa dentro de medio año, pero me temo que es un niño más de acción que de calma y reflexión. Aunque yo pienso inculcarle amor por la lectura y los libros. Besitos!

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