DONA PINCHANDO LA IMAGEN DE #SomosLaLeche

DONA PINCHANDO LA IMAGEN DE #SomosLaLeche
#Bloguerasxlalactancia

martes, 29 de septiembre de 2015

ROSQUILLEANDO A LA HORA DE LA COMIDA...


 Rosquis ha comenzado su andadura hacia los 2 años, aunque aún tiene 20 meses. Se ha hecho más independiente y eso lo he notado en muchos aspectos. Hoy os voy a hablar de la hora de las comidas. Rosquis siempre ha sido un bebé muy inquieto, curioso y movido y cada vez es más difícil hacerle comer sentado en su trona. Cuando ninguna distración sirve (ni juguetes preferidos ni dibus), le dejo que corra.

Hasta ahora le había dado yo la comida, hace una semana ha comenzado a comer él solito. Comenzó una noche, sentado en la trona y llorando como si no hubiera mañana, hasta que se me ocurrió dejarle el plato delante y la cuchara, cansado de no entender qué pasaba  por qué se negaba a comer. Entonces comenzó a coger la cuchara y llevarse la verdura y el pollo a la boca, aunque alguna cucharada iba al suelo, a la bandeja y, al final, cuando se cansaba, se ponía el plato en la cabeza a modo de sombrerete. Ahora también repite la jugada a la hora de la merienda y en la comida.

Los daños colaterales están claros: El suelo es zona de trinchera, al igual que su ropa de estar por casa, pues Rosquis nunca ha querido llevar babero (parece que le da tanta alergia como el chupete), su pelo es de una masa ingente y extraña entre aceite y trocitos de comida no identificados, sobre todo, a la hora de la cena, de poco sirve que salga con la cabeza limpia y esponjosa del baño, que acaba como un guarrete. ¡Pero está más feliz que un anís!

¿Cómo comen vuestros peques? ¿Ordenadamente en la trona o experimentando con la comida, la cuchara, en movimiento o sentados? ¡Contadme, si queréis! Gracias!

miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA PRIMERA VISITA AL ODONTOBEBÉ

Nunca hablo en este blog de visitas al pediatra, ¿por qué? pues no lo sé, no me lo había planteado. En esta ocasión, haré una excepción para contaros nuestra primera visita al dentista con Rosquis, bueno, afinaré más, se denomina odontopediatra o, en nuestro caso, odontobebé. Y os preguntaréis, ¿por qué le hemos llevado? Muy sencillo, por indicación de nuestra pediatra en la pasada visita de los 18 meses.

Aparte de tenernos que esperar casi una hora de reloj, la visita en sí ha durado unos breves minutos. Al principio, nos ha hecho un pequeño cuestionario a Papá Rosquillas y a mí para saber los hábitos del bebé:

-Si tomaba alguna medicación o era alérgico a algún medicamento y a algún alimento.

-Si llevaba chupete o se chupaba el dedo (ya sabéis que nunca)

-Si había tomado lactancia materna (todavía continua, a lo que se ha medio-sorprendido)

-Si tomaba biberón (sí porque a Rosquis le cuesta beber en taza)

-Si le habíamos cepillado alguna vez los dientes (piiip!!! No, nos ha pillado!)

-Si tomaba dulces.


-Le he contado que con las molestias de la dentición, le masajeaba las encías con Mitosyl y un dedal de silicona (le ha parecido estupendo, ¡menos mal!)

Luego nos ha preguntado los hábitos respecto a la higiene bucal de Papá Rosquillas y míos, es decir, cuántas veces nos lavábamos los dientes al día, si éramos fumadores, etc, etc...

Para concluir con una visita propiamente dicha, me refiero a una exploración buco-dental de Rosquis. A lo que ha concluido que, con 20 meses tiene una boca sanísima, no hay caries y presenta todas las piezas de leche, excepto los dos molares superiores. Si no pasa nada, nos quiere ver en un año para nueva revisión.

Y nos ha instado a que le laváramos la boca dos veces al día, pues ya es mayor de 18 meses y es necesario como prevención de futura caries infantil: Una vez, después de desayunar y otra, después de cenar. ¿Y cómo hay que hacerlo si toma pecho y se queda dormido? Pues en ese caso, entre la comida y la toma, le debo cepillar los dientes y dejar pasar 30 minutos a que el fluor actúe. Pues sí, el fluor, ya que nos ha recetado cepillo infantil y pasta con más de 1000 ppmf, que es una pasta de dientes para mayores de 6 años.

A Papá Rosquillas y a mí nos ha parecido una visita didáctica escolar, como cuando venían en el cole a hablarnos del cepillado de dientes y nos daban el enjuaguito de fluor. Incluso nos ha enseñado imágenes de caries infantiles y de dientes rotos para ilustrar sus explicaciones en su ordenador. También nos ha dado unos hojitas con recomendaciones de higiene y buenos hábitos para menores de tres años y una hoja de la empresa MAM con cepillitos, pastas y bibes varios.

Y tras la visita, me quedan algunas incógnitas en el aire...

¿Es cierto que la lactancia materna produce caries?

¿Es verdad que las tetinas de los bibes producen caries?

¿Es necesario el empleo de pasta de dientes en un bebé?

¿Vosotros les cepilláis los dientes a vuestros peques? ¿A qué edad comenzastéis? ¡Contadme vuestras experiencias! ¡Muchas gracias!

miércoles, 9 de septiembre de 2015

GYM ROSQUIS

Hace unos años que estuve apuntada a un gimnasio, iba dos o tres veces por semana y, la mayor parte del tiempo a natación, aunque también hice aparatos y alguna clase de aerobic y estiramientos. Me aburrí, entre otras cosas porque acababa molida. Al cabo de unos meses, quería seguir haciendo ejercicio, pero cambié de tercio y me apunté a clase de bailes latinos, al cabo de un año aún seguía, pero en otra clase y con otro profesor y conocí al que hoy es mi marido, Papá Rosquillas.

Desde que tuve a Rosquis no me he planteado volver al gym ni a clases de baile. ¿Sabéis por qué? Aparte de por la evidente falta de tiempo que conlleva el "trabajo de la maternidad 24 horas al día, 7 días a la semana y sin vacaciones", creo que no me hace falta. Rosquis siempre ha sido un bebé muy movido e inquieto, ya a los 2 meses, con un rápido movimiento de rodillas, se bajaba el pantalón y se quedaba con las piernas al aire en pleno invierno. Luego comenzó la etapa del gateo, de caminar, de correr, de trepar, de lanzar...y cada vez vamos a más, ya os podéis imaginar con 20 meses que ahora tiene...



Aquí una muestra de mi tabla de ejercicios diaria del gym Rosquis:

-Sube y baja brazos, sujeta firme su cuerpo con un brazo, cambia el pañal con la otra mano (uno, dos, uno, dos, múltiples repaticiones).

-Al cabo de media hora, vuelve a cambiar el pañal, esta vez porque se ha hecho caca (uno, dos, uno, dos), con una mano mientras con la otra le sujetas los dedos para que no se toque el culete todo pringado...

-Aguántale un brazo para que se deje poner la camiseta, luego el otro y a continuación, las piernas para ponerle los pantalones (uno, dos, uno, dos, múltiples repeticiones)

-Cae o tira un juguete al suele, luego otro..y así hasta el infinito...Agáchate a recogerlos (uno, dos, uno, dos, múltiples repeticiones).

-Lanza la papilla, los trocitos de pollo, de manzana, etc al suelo o contra mí...recoge la comida (uno, dos, uno, dos, múltiples repeticiones).

-Saca la teta, mete la teta (uno, dos, uno, dos, múltiples repeticiones).

-Báñale con una mano mientras que con la otra intentas hacer de escudo humano para que no te lance proyectiles en forma de ballena acuática, botellas de champú, jabón...(uno, dos, uno, dos, múltiples repeticiones).

Y así, podríamos seguir con todas las demás tareas diarias...¡hasta el infinito y más allá! ¿A que os suena de algo esta tabla?

¿Vais al gym desde que sois madres? ¿Creéis que nos hace falta? ¿Cómo os mantenéis en forma? ¡Contadme, si queréis!

jueves, 3 de septiembre de 2015

CRÓNICA DE LA FAMILIA ROSQUILLAS EN GIRONA: THE GAME IS COMING!

El barrio Antiguo de Girona ya conoce como se las gasta Rosquis últimamente. Este pasado fin de semana nos liamos la manta a la cabeza y, como las vacaciones ya nos quedaban lejanas, decidimos escaparnos brevemente a la ciudad que está viendo su transformación en Braavos y Desembarco del Rey para la mediática Juego de Tronos.

Nos buscamos un bed and breakfast que nos permitiera quedarnos en la ciudad a pasar la noche y no tener que afrontar ida y vuelta en coche el mismo día, pues si no se duerme durante el trayecto, éste se puede hacer muy largo -aunque sólo sea 1 hora y media de duración- y pesado, de lo que reniega y se queja. A la ida, suerte tuve de unos palitos de pan, al menos, mientras comía no lloraba, en cambio, a la vuelta, un xilofón-vaca que adquirimos en la ciudad nos permitió que pasara un rato agradable creando su propia música.

Llegamos a mediodía, con un calor de justicia, y suerte que aparcamos a 5 minutos del lugar, pues Rosquis iba pesadito, cansado y hambriento. Le llevábamos comida y, en cuanto nos instalamos en la habitación, le dimos su almuerzo, le pusimos a hacer la siesta y, mientras Papá Rosquillas aprovechaba para echarse un sueñecito, yo comencé a explorar y fotografiar la casa de huéspedes que, a esas horas, se hallaba vacía y silenciosa y, cuyas paredes y estancias estaban decoradas con carteles de cine y mobiliario y objetos del siglo XIX. 

Cuando Rosquis se despertó nos fuimos a comer a un restaurante de la zona, pensábamos que pasaríamos una comida tranquila en la terracita del local, pues Rosquis ya iba comido y dormido, pero nada más lejos de la realidad: Empezó a intentar tirar los vasos y las servilletas de la mesa y comenzó a gritar ante la atónita mirada de los demás comensales. "¡Tierra, trágame!". Suerte del agua y de los palitos de pan, que le mantuvieron un rato sereno. No obstante, comíamos distrayéndole como podíamos, sin bajar la guardia en ningún momento. Tras la comida, pedimos la cuenta ipso-facto y, sin más dilación, nos adentramos en el call judío en dirección a la Catedral y a los Baños Árabes.

Creo que a estas alturas, todos los vigilantes de las verjas que dan acceso a las localizaciones de Juego de Tronos, saben lo pesaditos que podemos llegar a ser los friki-fans, en nuestro caso, aprovechamos que entró un vecino en su coche para disparar mil y una fotos por segundo. Y si encima nosotros íbamos con un peque gritón, la fiesta estaba más que asegurada. Pudimos ver el mercado de Braavos en la localización de los Baños Árabes y un puente de piedra cerca del Monasterio de Sant Pere de Galligants. Sólo hay que caminar unos pocos metros para ver las distintas localizaciones e ingeniárselas un poco para divisar los escenarios y el atrezzo lo mejor posible, aunque no se puede entrar y siempre hay que hacerlo desde la distancia. No vimos a ningún actor, sólo vigilantes, atrezzistas y mucho movimiento de ayudantes de producción -con furgonetas-, pues el rodaje propiamente es desde hoy 3 de septiembre hasta el 16 de este mismo mes.


Por la tarde, Rosquis se desfogó en el Parque de la Devesa, la más grande superficie arbolada dentro de la ciudad, corriendo arriba y abajo, donde merendó. Más tarde, quisimos tomarnos algo en el Viena para ir al lavabo, antes de volver al alojamiento a asearnos y bañarnos, y digo quisimos porque sólo duramos sentados 10 minutos. Ni siquiera el set de entretenimiento que le dieron, que se componía de un librito, unos lápices de colores, una piruleta y un globo pudieron apaciguar sus ansias de caminar y explorar de continuo. Suerte que una rápida sesión de fotos en los puentes del río Onyar le distrajo de camino al hostal.

Más tarde, estuvimos cenando ensaladas y bocadillos en una cafetería cercana al hostal con el Rosquis más desatado: Tirando la comida al suelo, quejándose, etc, de nuevo expuestos a las miradas desaprobadoras del resto de la clientela. Afortunadamente, no tardaron en servirnos y nos recogimos ya para intentar que durmiera. Acabó de cenar en la habitación y a la cena le siguió una juerga sin fin, saltando sobre nuestra cama y charlando en voz alta, nosotros rendidísimos de todo el día y él con unas ganas de fiesta tremendas -además hubo media hora de batucadas por Fiesta Mayor en la calle que no nos ayudó a crear el clima de calma necesario para dormir-. El mundo al revés, nosotros cansadísimos y Rosquis "festivalero" total. Esto a los padres nos suele pasar a menudo, ¿verdad?

Al día siguiente, por suerte amaneció media hora después de lo acostumbrado. Papá y Mamá Rosquillas hacía un rato que nos habíamos despertado, aunque pudimos dormir bastante bien finalmente, a pesar de ese inicio de la noche tan movido. Desayunamos enseguida que se despertó y, suerte que el propietario le estuvo distrayendo y jugando un poco con él, gracias a la amabilidad de ese chico -padre de familia, todo hay qué decirlo- tuvimos un desayuno más apacible. Luego acabamos de recogerlo todo en la maleta ante los quejidos de Rosquis porque sólo quería caminar arriba y abajo. Y eso es lo que hizo el resto de la mañana, al volver al centro de Girona -ya no quisimos ir al parque porque allí nos picaron pulgones y mosquitos, a mí me acribillaron las piernas-.Rosquis se entretuvo subiendo las escaleras de la Catedral, caminando las cuestas del Call, incansable, mientras Mamá Rosquillas llevaba el cochecito y Papá Rosquillas le iba vigilando.


Le compramos un xilofón en forma de vaca en una tienda y, gracias a él, pudimos sentarnos brevemente a tomarnos un refrigerio. Hacía muchísimo calor, los mosquitos seguían haciendo de las suyas. Volvimos a los escenarios de Juego de Tronos antes de comer, comimos muy temprano en una terracita del Call, a la "hora europea", suerte que tenían trona y pudo comer con nosotros, no sin intentar repetidamente tirar el mantel, la panera con el pan y las servilletas, ante la divertida y curiosa mirada y comentarios de una pareja de franceses de mediana edad. Como hacia el final de la comida ya estaba pidiendo la hora, cansado como estaba de tanto movimiento y ajetreo, nos fuimos a una zona tranquila y en unos bancos de la sombra, tratamos de ayudarle a hacer la siesta, primero con teta y luego, su padre, porteándole arriba y abajo con la Amazonas de Smart Carrier. Hizo solo una siesta de 45 minutos y, fatigados como estábamos los papás sobre todo, decidimos coger el coche hacia Barcelona ya, con el xilofón y toda la artillería de juguetes en mano. La vuelta fue un poco más tranquila, aunque algún rato protestaba y me lanzaba cosas a modo de protesta, pues no quería estar sentado tanto tiempo. Una escapada muy movida e inquieta, especialmente por parte de Rosquis, que sirvió para salir un poquito de la Ciudad Condal y romper con la rutina.

¿Cómo son vuestras salidas fuera de domicilio habitual con los peques? ¿Os dejan sentaros tranquilamente a comer o a tomar algo? ¿Quieren caminar libres continuamente? ¿Cómo les entretenéis durante los viajes en coche? ¡Contadme, si queréis!

Os dejo alguna foto que tomamos en la preparación del rodaje de Juego de Tronos, hay más en mi IG soniadelfaces