DONA PINCHANDO LA IMAGEN DE #SomosLaLeche

DONA PINCHANDO LA IMAGEN DE #SomosLaLeche
#Bloguerasxlalactancia

martes, 26 de julio de 2016

VILAR RURAL DE SANT HILARI: CÓMO VIVIMOS LA EXPERIENCIA EN FAMILIA (VACACIONES PARTE 2)

Hacia tiempo que venía oyendo hablar de los Vilars Rural, unos hoteles que se caracterizan por ser familiares, con todas las facilidades y actividades para que familias con niños pudieran sentirse a gusto, incluso sin salir de su recinto. En Cataluña hay tres, repartidos por las distintas provincias: Uno en Arnés (Tarragona), otro en Cardona (Barcelona) y el tercero en Sant Hilari (Girona), al pie del Parque Natural del Montseny, que es el que hemos visitado recientemente y del cuál quería destacaros lo que más nos gustó y lo que menos, sin condicionantes de ningún tipo, pues no es un post patrocinado, sino que está basado en nuestra experiencia personal.

¿Qué es lo que más nos gustó del hotel?

-La amabilidad y profesionalidad de su personal: Un día antes de ir tuve que hacer una llamada para asegurarme que iba a haber cuna en la habitación, pues al reservarlo a través de Booking, no había obtenido respuesta a mi petición. No lo tenían contemplado, pero enseguida me dijeron que sí que la tendríamos y nos invitaron a ir a la hora que empiezan las actividades, a las 10h para aprovechar el día (aunque finalmente llegamos más tarde). En recepción atendieron siempre sin perder la sonrisa todas nuestras peticiones: Tuvimos la habitación lista antes de ir a comer y pudimos dejar el equipaje; pedimos que no hicieran la habitación entre las 12 y las 13h para poder ducharnos tras la piscina y que hiciesen la limpieza mientras comíamos, etc. Asimismo, el último día, el domingo, al no estar reservada nuestra habitación para ese mismo día nos dejaron poder ocuparla hasta la tarde.

-El programa de actividades: Aunque no fuimos a todas, destacar que durante toda una jornada desde las 10h hasta después de cenar, hay programadas actividades para los más peques, que suelen cambiar cada día.

Las que más nos gustaron fueron la de la granja, ya que a las 10h las dos mañanas que estuvimos allí, pudimos ir a ver a los animalitos: Dar la bienvenida y comida a los patos; ver como los corderitos tomaban biberón tras la atenta mirada de su madre la oveja, asimismo, los peques pudieron acariciarlos, así como a los conejos y ver un poni y un burro. Todo ello dirigido por Esther, la cariñosa masovera, que nos explicó que era muy importante que no diéramos de comer a los animales, pues podíamos darles algo que les sentara mal y perjudicara. Esther acompañada de dos monitores introducían a los animales y sus costumbres. A Rosquis le encantó estar en contacto con los animalitos de la granja, incluso atrapó un conejo blanco con las dos manos. También fuimos al huerto a regar los tomates, las lechugas, las patatas, etc. Y la tercera actividad que más le gustó fue montar a poni. Lástima que sólo haya un poni para tantos niños (creo que deberían plantearse tener más ponis) y que la vuelta que realicen sea muy corta, pero como mínimo, pueden tener la experiencia.

Asimismo, hay sala de juegos en la parte superior del bar, por si hace mal tiempo, que los peques puedan estar distraidos.

-El uso y disfrute de los parques y zonas de bosque: A ratos fuimos a la nuestra, pues entre el parque infantil y el área boscosa de los alrededores, Rosquis ya tuvo más que suficiente para poder corretear por allí, en nuestro caso, no hicimos ninguna excursión a Sant Hilari ni a sus fuentes (aunque si hubiéramos estado más tiempo seguramente la hubiéramos hecho).

-La piscina: Hay dos piscinas, una grande, cubierta y climatizada justo al lado de la piscina al aire libre, que es una pequeña piscina infantil. Rosquis fue a las dos, pero no fue lo que más aprovechamos porque a Rosquis no le gusta mucho el agua, o le infunde un cierto respeto, así que estuvimos más en el césped que dentro de las piscinas, pero la verdad es que es la zona más solicitada por familias los días calurosos de verano.

¿Y lo que menos nos gustó?

-La comida de buffet: No es que no nos gustara, pues el buffet de las ensaladas era variado, vistoso y con una muy llamativa presentación, por poner un ejemplo y hay mucha variedad de primeros platos, carnes, pescados  (en sus más variadas formas, a la plancha, a la brasa, asado, con salsa, etc) y postres de todo tipo (desde yogurt o fruta a postres dulces). Parece que para un peque "mal-comedor" como Rosquis tendría que ser fantástico, pero no es así, pues a veces, nos hacía coger de muchos platos para comer muy poco y se terminaba por desperdiciar comida. Para nosotros, el buffet es una arma de doble filo, pero por otra parte, siempre acabas encontrando algo para comer, por muy inapetente que seas.  Hay que tener en cuenta de que, a pesar de que no es barato, la bebida la has de pagar aparte, incluso una botella de agua.

-La merienda: A media tarde dan un poco de merienda en el bar, pero aunque la idea es buena, no nos acabó de gustar lo que daban (un trozo de pan con jamón y un poco de zumo, etc) y optamos por merendar lo que llevábamos.


-Las actividades nocturnas: Las actividades de después de la cena sólo son aprovechadas por familias con niños más mayores, o eso creo, pues nosotros no fuimos a ninguna. Ni al cuentacuentos por el bosque, ni a la mini-disco, pues tras la cena preferimos que Rosquis no se desvelara e irle preparando para ir a dormir. Lo peor de estas actividades es que la gente cuando vuelve a sus habitaciones viene gritando o haciendo ruido, y esto se debería controlar un poco, y más si tienes un bebé o un niño al que le cuesta dormir o se despierta con facilidad.

Así pues, si tenéis familias con niños pequeños y sois urbanitas, en Vilar Rural os sentiréis como en casa, pero cambiando el asfalto por un entorno saludable, rodeado de naturaleza, y pudiendo realizar todo tipo de actividades familiares. A nosotros nos gusta para pasar un fin de semana, quizás para unas vacaciones más largas hay que empezar a buscar otras opciones o como, mínimo, plantearse excursiones por la zona para tener otros planes y salir un poco del hotel y su entorno.

lunes, 18 de julio de 2016

VACACIONES RURALES EN GIRONA: CAN PERIC (PARTE 1)

Que a la familia Rosquillas nos encanta Girona es una hecho, por ello, hemos decidido pasar nuestras vacaciones en dos lugare distintos de la provincia. Empezando por el Pirineo de Girona, concretamente en El Ripollès, se enclava Can Peric, una casita rural de sólo 6 habitaciones entre Sant Pau de Segúries y Camprodón. Can Peric rezuma calma y tranquilidad ya al entrar por el caminito lleno de vergetación cuando dejas la carretera principal, unos hayedos verdes a ambos márgenes del camino, salpicado por un riachuelo. La amable bienvenida de Montse su propietaria, sus guisos caseros buenísimos (desde una crema de verduras o de legumbres, unos guisantes o una carne con salsa, un lomo a la brasa o unos huevos fritos con patatas son realmente deliciosos) y la belleza de su entorno, hacen el resto.

Cabe destacar para los que tenemos familias con peques, que los niños de entre 0 y 3 años no pagan la comida, además que hasta 3 años se pueden alojar de manera gratuita en una cuna y hasta 4 en una cama supletoria. Así que se convierte en un lugar ideal para el descanso y la desconexión de la rutina de familias urbanitas con niños pequeños. Además, el comedor dispone de tronas.

Las habitaciones llevan el nombre de "bolets"(setas), en nuestro caso la habitación se llamaba "Rovelló" y era la primera al subir las escaleras, frente a la sala de la televisión. Era una habitación amplia, decorada de manea rústica, que disponía incluso de llar de foc (chimenea) y bonitos detalles como unos interruptores de cerámica, un cabezal de cama de hierro forjado o un baúl antiguo. Por poner un "pero" sería el colchón de la cama, sobre todo, si no estáis acostumbrados a dormir en colchones rígidos de "muelles".


Merece una mención aparte el trato de su propietaria, Montse siempre cordial y con una sonrisa, que está dispuesta a ayudarte en lo que necesites. Una mañana le pedimos poder tender un pantalón de pijama que habíamos lavado a mano y nos lo devolvió lavado y planchado, sin ningún coste adicional a mediodía, a mí se me olvidó el secador de pelo y me facilitó uno. Incluso Rosquis, rompió accidentalmente una botella de vino y no nos quiso cobrar nada.

También contaros que dispone de un jardín exterior con terraza al aire libre para que puedan jugar los peques o sentarte a tomar el aire, si lo deseas y que hay una sala de juegos, llena de juguetes, cuentos y peluches que hizo las delicias de Rosquis, ¡suerte de ella para pasar el rato en algunas tardes de tormenta!

Se me olvidaba decir que aceptan mascotas, aplicando suplemento. Los perritos deben estar en todo momento vigilados por sus dueños y nunca están en el comedor, por ejemplo.


¿Qué visitar por la zona?

Los pueblos más cercanos y más bonitos son Sant Joan de Les Abadesses, Sant Pau de Segúries, Camprodón (no os olvidéis de pasearos por el Passeig Maristany), Setcases (recordad hacer una visita a Ca La Nuri para comprar sus artesanales mermeladas o miel o sus embutidos o llevaros algún recuerdo).

A tan solo a 45 minutos está la estación de esquí de Vallter 2000 y se puede hacer una excursión a pie hasta Ulldeter, el nacimiento del río Ter. Más cerca de Francia está el pueblecito de Molló y el parque de la naturaleza, Molló Park. Así que todos podéis encontrar alicientes en la zona del Ripollès.

Nota: No es un post patrocinado, sino basado en nuestra experiencia personal.

¿Os gustan las casas rurales? ¿Nos recomendáis alguna que os haya cautivado?


lunes, 11 de julio de 2016

MI ROSQUIS ES MENUDITO


Mi Rosquis es menudito. Menudito en cuánto a peso se refiere. Es un saquito de huesos, de esos a los que se les adivina hasta la última costilla. Sí, ahora en verano, se le ve la osada en su máximo esplendor. Fue un recién nacido y un bebé gordito, pero sin lorzas excesivas. Ya a los 2 meses empezaba a subir y bajar las piernas rítmicamente en su cuna, como si hiciera una especie de gimnasia o de abdominales, a los 8 meses gateaba que no paraba y comenzaba a levantarse, a los 11 meses y medio caminaba, dos semanas después caminaba solo, a los 13 meses corría y a los 14 trepaba ya por las sillas y muebles bajos. Cada vez ha ido comiendo menos, pues sus necesidedes nutricionales no son las mismas que de bebé y se ha ido moviendo cada vez más, perfeccionando su caminar y sus correrías mes a mes, año a año.

No me gusta decir que es un "mal-comedor", sino que es un "niño comedor-selectivo". Come de lo que le gusta hasta decir basta: ¡Hay que quitarle el plato de arroz a la cubana porque lo devora o puede comerse él sólo una taza grande de cerezas! mientras que otras veces, sea por la comida, que no entra en su menú de favoritos o porque está distraído o por lo que sea, que cuesta un montón que haga una comida o cena mínimamente decente. Pero él sigue con su actividad frenética, es un niño activo, movido, travieso, divertido, a veces, rebelde, otras cariñoso, otras protestón y demandante, pero siempre está al pie del cañón, a la que salta, con ganas de hacer alguna "diablura" o de llamar la atención a los que le rodean.

Este seductor tan "polvorilla" es mi Rosquis menudito. Un niño que no llega a los 12 kilos, pero que con sus 93 centímetros puede presumir de tipo de modelo. A él no le ha hecho falta la "operación bikini", pues va luciendo palmito y estilo por allá donde va. Empieza con 30 meses a elegir su ropa (si no le gusta el conjunto que le preparo o el calzado, protesta, sugiriendo qué es lo que quiere), así como elige su comida. Se está forjando un  niño con personalidad y carácter, que no se deja amedrentar y que no tiene miedo a nada, que cae y se levanta solo y se ríe, como si nada hubiera sucedido. Lo que llama un poco más la atención  es que es menudito, en el sentido, de delgadito, y más saquito de huesos de lo que suele ser habitual.

¿Vuestros peques están bajos de peso, pero son activos y muy enérgicos? ¿O todo lo contrario?¡contadme, si queréis!