Todos necesitamos cariño, desde los peques hasta los más mayores. Hay días en que todos necesitamos un hombro sobre el que llorar, una palabra amable, un abrazo afectuoso para poder seguir adelante. Sin esas muestras de amor y de cariño seguramente no podríamos existir como personas. También los animales lloran y sufren. Sin ir más lejos, os voy a recomendar una peliculita de las mías, La historia del camello que llora, un documental de ficción de Byambasuren Davaa y Luigi Falorni, la historia es la de una familia de pastores nómadas en el desierto del Gobi (Sur de Mongolia. Una de las camellas da a luz y rechaza a su cría de camello que acaba de parir, a pesar de los esfuerzos de la familia porque la acepte.
Así pues, aunque nos sintamos mal y derrotados, siempre hay una luz al final del túnel, una esperanza que nos anima a seguir adelante. Por ello, estemos como estemos, cansados, agobiados, tristes, desolados necesitamos hacer de tripas corazón por nuestros pequeños, abrazarlos, mimarlos, darles besitos, calidez, comprensión para que se desarrollen alegres y felices en su primera infancia para que lleguen a la edad adulta con la seguridad y el apoyo necesarios para afrontar las cositas más amargas de la vida. Para eso, ya habrá tiempo. ¡Queramos a nuestros peques, su sonrisa iluminará nuestro mundo!
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ResponderEliminarWow debe estar genial! Ayer le comentaba a una mami de la guarde que mis primos de pequeños tenían unos pavos, que los acompañaban a coger el bus de la escuela (vivían en el campo) y el día que los iban a beneficiar ellas se despidieron de los pavos y lloraron, "los pavos sueltan lágrimas". Bueno a ver como es lo del camello!
ResponderEliminarY ahora hablando en serio, es verdad, a nuestros niños debemos brindarles amor y seguridad, ya la vida se encargará de complicarles el camino para hacerlo interesante, pero nosotros en vez de decir lo que tantas veces me rompe los tímpanos "Que se acostumbre", "la vida no es fácil", "Así aprende", creo q es mejor mostrarle la dulzura de los brazos de papá y mamá, que estamos allí siempre,decirles te amo, y jugar y disfrutar mucho con ellos, tal vez ese sea el gran legado que dejaremos las madres al mundo, hijos "personas", hijos "humanos", en el sentido amplio y completo de la palabra. Y si, su sonrisa ilumina nuestro mundo que bonito!
Qué curiosa y entrañable la historia de los pavos! Si es que los animalitos nos sorprenden también y mucho. Si, intentamos criar con apego desde peques, pues, por desgracia, este mundo ya tiene bastantes cosas malas y momentos duros. A mí eso de "que se acostumbre a estar solo", "que llore" o "no le des brazos", me suena a crueldad más que a aprendizaje, veo que opinamos lo mismo. Me alegro que te haya gustado y te hayas pasado a comentar! besitos!
EliminarPero cómo no quererlos si son lo mejor que vamos a dejar al mundo. Igual la camella tenía depresión postparto. Debe ser bonito el documental, si tengo un rato, lo busco. Besos
ResponderEliminarPues sí, son nuestro legado, sangre de nuestra sangre. Si puedes, míralo, no te cuento más. besitos!
EliminarMe suena el título del documental, pero no lo he visto. Lo buscaré porque tiene que estar chulo, aunque la historia así de primeras da un poco de penita.
ResponderEliminarNadie se merece ser rechazado por el ser que le ha traído a este mundo, ni humanos ni animales. No puedo imaginar mayor sensación de desamparo.
La verdad es que es debe ser muy triste venir al mundo y que nadie te quiera, seas de la especie que seas.¡Qué crueldad! Si te apetece, mira el documental, es curioso. besitos!
EliminarMe ha dado mucha pena el argumento del documental, pero seguro que es muy bonito. Cuando tenga un rato, intentaré buscarlo (¿un rato? bueno, puede que lo vea dentro de cinco años ;)
ResponderEliminarSí que vale la pena...bueno...si vieses mi lista de pelis y libros pendientes, te da un colapso, jajaja...besitos!
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