#LIVINGBOOKINGEXPERIENCE: MADREMANYA O EL TIEMPO DETENIDO

 En Casa Rosquillas éramos viajeros, cuando no teníamos a nuestro peque nos recorríamos media Europa los dos solos o sino, nos gustaba la tranquilidad que ofrecen los alojamientos pintorescos o las casas rurales en España. Al quedarme embarazada comenzamos la etapa de los viajes de proximidad por Cataluña, siempre hacia el Pirineo o la Cataluña interior y, ahora con Rosquis seguimos la misma tónica. Cuando Madresfera nos propuso la promo #LivingBookingExperience me encantó la idea y me he sumado, ya que para mí Booking es el portal de referencia para reservar nuestros viajes on-line, nos ha cambiado la vida, ya que gracias a  éste hemos podido conocer verdaderas joyas para alojarnos y nunca falla. Además, sólo viajamos en verano, una vez al año, y sería estupendo poder hacer una escapada familiar con el buen tiempo en Semana Santa.

Para vivir esta experiencia de descubrir alojamientos únicos hay tres opciones para elegir y la verdad es que mirando las tres es difícil elección. Pues tanto Villas de Cué (en Asturias), Can Bassa en Madremanya (Girona) como La Brizna en Cañamaro , Cáceres, mi segunda tierra, la de mi familia paterna, presentan indudables atractivos, tanto paisajísticos como gastronómicos y culturales. Pero nos vamos a decantar por la más próxima, Can Bassa en Madremanya y os voy a contar nuestras razones.

Nos encanta la zona de Girona, sobre todo la Girona interior más rural. Cuando Rosquis tenía 5 meses hicimos nuestras primeras vacaciones en familia en el pueblecito de San Feliu de Boada, en el alojamiento rural Can Barrull, en pleno corazón de la Costa Brava más interior. Y nos quedamos con las ganas de llegarnos a La Bisbal de L´Empordà y a la zona de Madremanya, un lugar idílico, pueblecito rural donde, según nos han dicho, parece que el tiempo se haya detenido.

Para vacaciones cortas, de pocos días, no nos gusta alejarnos mucho de casa, pues Rosquis no tolera ir más de 2 horas en coche sentado y los viajes largos pueden convertirse en un infierno.

-Can Bassa (fotos) es un bonito alojamiento rural, es una masia catalana del siglo XIV retaurada, toda bien señorial, de piedra, bien rústico con vigas y muebles de madera y con un montón de servicios y alicientes, como el hecho de que es de gestión y trato cercano y familiar, ya que nosotros no soportamos demasiado los mega-hoteles de las grandes cadenas, que son bastante impersonales .

Veo ese jardín con su solárium y me imagino a Rosquis correteando por la hierba bajo el sol radiante de la Costa Brava y hago un recorrido mental de cómo íbamos a ir explorando los rincones idílicos del Baix Empordà, las playas de la Bisbal o de Pals, los caminitos de los pueblos mediavales de "La Toscana catalana" , lanzando piedrecitas a los riachuelos, escuchando el piar de los pajarillos, etc. Respirando olor a montaña y a sal de mal.

Seguramente, en la realidad, no sería todo tan idílico porque tendríamos que enfrentarnos a momentos de genio y rabietas de la "ados2lescencia" del peque, pero un buen cambio de aires y de rutina sí que supondría para toda la familia Rosquillas. ¡Cómo nos gusta alejarnos de la gran ciudad a los urbanitas! Y si no, sólo nos quedará cerrar los ojos, soñar y teletransportarnos a Madremanya, ese lugar mágico donde las agujas del reloj parece que no avancen...