Ahora que somos padres es inevitable que choquemos con nuestros padres, los abuelos de Rosquis en temas de crianza, pero es que, desde los años 70 en que nacimos hasta ahora, muchas cosas han cambiado. ¿Me acompañáis a saber cómo nos criaron el primer año a Papá Rosquillas y a mí?
Papá Rosquillas nació en 1973, pequeño y delgadito por parto vaginal sin complicaciones, en la semana 38, no peso ni 3 kgs. Sólo tomó teta hasta los 3 meses en que, según mi suegra, se desinteresó por el pecho. Hoy probablemente diríamos que Papá Rosquillas tuvo una crisis de lactancia. Entonces comenzaron con los biberones y luego con las papillas, para posteriormente introducir sólidos. Siempre fue un bebé flacucho y mal comedor, según sus padres (yo he visto fotos y puedo dar fe también). Era también muy malo para dormir, tanto que mi suegro se vio obligado en más de una ocasión de montarlo en el taxi y pasearlo para que se durmiese por fin, incluso recuerda haberlo hecho a mediodía, enmedio de una barbacoa con amigos. Mis suegros no tuvieron ayuda de sus padres porque vivían en el pueblo y tan sólo sus suegros se instalaron en casa el primer mes para ayudarles. Básicamente, fue mi suegra la que lidió con el bebé, pues mi suegro trabajaba muchas horas en el taxi y necesitaba descansar por la noche, tan solo cuando libraba, se quedaba con el bebé y los bibes preparados para que mi suegra descansara un poco. Papá Rosquillas no fue un bebé movido ni gateador, sino que se conformaba con estar en el parque con sus juguetes hasta que se lanzó a la aventura de caminar. Nunca llevó un body ni sabía que eran las toallitas de bebé, sino que su culito sólo conoció los polvos de talco.
Servidora, Mamá Rosquillas, es de 1978, nació muy grandota para su edad, al filo de cumplir las 40 semanas de gestación. Pesaba 3,850 y medía 52 centímetros. Mi madre sufrió mucho para traerme al mundo y al final, decidieron practicarla una cesárea de urgencias. Débil y desangrada por un descuido médico, mi madre nunca pudo darme el pecho, sino que siempre tomé biberón y fui muy tragona ya desde bebé hasta más mayor. Era muy mala para dormir, mi padre recuerda noches enteras enfundado en un batín rojo precioso (que aún conserva en casa y que no ha podido heredar por medidas Papá Rosquillas) pasillo arriba pasillo abajo, acunándome para que mi madre descansara un poco. No le importaba venir de trabajar o haber de madrugar, siempre dispuesto a ayudarla. Jamás llevé pañales de tela, sino pañales que tenían que cortarse las cintas de sujeción. Era tan movida que, un día, se le escapó la tijera y me cortó y aún llevo la marca en la pierna y recuerdo el dolor de tan funesto momento grabado en mi memoria. A pesar de ser movida jamás gateé y también, como su padre, me pasaba horas en el parque, en mi caso, dejando zombies a mis muñecos preferidos, pobre Abeja Maya y Willy, estaban apañados conmigo!!!
Así pues, de estas dos piezas nació en 2014, Rosquis, pero él será objeto de un post para su próximo cumpleaños.
¿Cómo fuistéis vosotr@s de bebés?