Rosquis tiene una afición grande a los caballos, cualquier brazo de sillón de casa o pierna de familiar es susceptible de convertirse en un "allallo" improvisado, como él lo llama. Le encantan los animales, tanto domésticos como de granja, por ello, hemos ya visitado el zoo un par de veces, y en una ocasión, Granja Aventura Park y estamos planeando dos visitas más de cara el verano que impliquen ver animalitos.
Así que, tras la espinita que se nos quedó de que montara en uno de los ponis del zoo, tal como os expliqué en Visitando a los animalitos del zoo, ayer aprovechamos la mañana del domingo para ir al Parc de la Oreneta, que es una superficie boscosa en la falda de Collserola y la parte alta de Barcelona. Un gran parque en el que, además de las tradicionales áreas de juego, bancos y zonas de picnic hay dos elementos que lo hacen característico: Los trenes del Servei Ferroviari de Catalunya (pequeños trenecitos familiares al módico precio de 1,50 euros la vuelta) y los ponis y caballos para montar.
Así pues, tras pagar 8 euros, nos dieron un pequeño poni de pelaje negro, llamado Bombón. Rosquis se puso serio nada más montar a Bombón, pero no lloró, sino que pudimos hacer la ruta "xino-xano" por un circuito marcado ascendente que nos llevó desde las casetas de los caballos y de los ponis que vimos al llegar a dicha zona del parque hasta una pequeña esplanada a modo de "rodeo".
Al llegar al rodeo, Bombón comenzó a comer hierbajos y, a ratos, se paraba. Nosotros aprovechamos para capturar fotos y vídeo de la experiencia. Aunque casi todo el rato fue Papá Rosquillas el que condujo a Bombón, yo tomé "las riendas" en algún momento, aunque comprobé que era más dócil con él que conmigo, ya que no me hacía tanto caso. A la vuelta, Bombón decidió hacer pipi, un largo orín con el que Rosquis parecía estar bastante fascinado. (¡Nunca antes había visto orinar a un caballo!).
Fue una experiencia corta, de unos 20 minutos en los que Rosquis no quiso bajarse del caballo y estuvo bien contento. Aunque, como suele decirse, "lo bueno si breve, dos veces bueno". Y así nos vamos preparando para esas otras experiencias que tenemos planeadas para el final de verano y que ya os contaremos.
¿Han montado en poni o en caballo vuestros peques? ¿A qué edad? ¿Cómo fue la experiencia?