Pero entonces, decidimos dar un paso más y ponerle a su disposición el orinal durante cada comida y después, pero todo era verlo, que gritaba de enfado, lo cogía y se lo llevaba a guardar. Así que desistimos de ponérslo. Al leer que a muchos peques les gusta ir al váter directamente sin pasar por el orinal y, siendo Rosquis curioso en ir al baño con nosotros e incluso cuando van sus abuelos, decidimos pasar al plan B: La compra de un adaptador y de su tamburete. Los nuestros son de la casa OKT Kids, los encargamos en Amazon y son muy resultones, a la par que prácticos y económicos.
Con la caca es otro cantar, cuando quiere hacer caca, muchas veces pide que le cambie el pañal y, en breves minutos, se hace sus necesidades en el pañal limpio y recién puesto, porque del orinal no quiere saber nada. Nos queda toda la primavera y el verano para lograr completar el control de esfínteres antes de su entrada en P3, en "el cole de mayores". La educadora de Rosquis nos asegura que igual aún no está preparado del todo, pero que en cuestión de pocos meses, no llevará ya pañal diurno, como mínimo.
La teoría se la sabe, pues le encantan lecturas como El orinal del pirata o Pepe y Mila tienen mucha prisa y es un niño bastante curioso y poco pudoroso en los temas de privacidad en el baño, pero...¡qué complicado es ponerlo en práctica!
¿Cómo lo hicistéis vosotros? ¿Estáis afrontando la "operación pañal"?
