Ya ha pasado el #PrimerRound de Fiestas de Navidad. La tarde de Nochebuena estuvimos en un conocido centro comercial para que Rosquis pudiera conocer en persona a Papá Noel y la verdad es que, en cuanto le vio, se escondió entre las piernas de Papá Rosquillas, de sentarse en las faldas de Santa, nada de nada y en la foto salimos los 3 en plan elfo (esta semana cuando la tengamos os la "instagrameo")
En esta casa la Nochebuena es austera y siempre la celebramos solos la familia Rosquillas, aunque hacemos fiesta. Primero, caga Tió con el peque. Este año, le dimos un palo de cartón pero, aún así, de los 3 Caga Tió que tenemos (el bebé, el mediano y el que fuimos a buscar e hicimos en Granja Aventura) sólo ha sobrevivido uno, pues lo demás, están "heridos" por el fragor de la batalla rosquillera. Tras el Belén zombie llegó el Cagatió mutilado, al que le falta "barretina" y patas (foto). La cena es la tradicional navideña en Cataluña, escudella de galets y carn d´olla (ligera, pues no ponemos carnes fuertes) y un poco de jamón y queso para picar. Este año Rosquis comió unos cuantos galets de la escudella y jamón y queso, parece que le gustaron.
Al día siguiente y como ya es tradición desde hace muchos años, fuimos a comer en casa de mis padres, los abus maternos. Pero antes de nada y por la mañana bien temprano ya le dimos sus dos juguetes que trajo Papá Noel a casa: Un simpático perrito de arrastre de madera de Melissa & Doug, de Baby Caprichos, y un camión de bomberos de madera, de la librería La Central.
Al mediodía en casa de los abus, destapó el tercer regalo de la jornada: Un bonito garaje de Imaginarium que viene con 3 puertas, 3 rampas móviles, un juego de llaves y un cochecito (además, mis padres le compraron una moto pequeña). Estuvo jugando un rato hasta la hora de comer. Tras la comida, un buen rato de siesta, juegos de nuevo y a casa por la Gran Vía paseando hasta casa y visitando así la tradicional Fira de Santo Tomás y Reyes. Por la tarde, Rosquis vomitó la merienda, quizás porque había estado comiendo mazapán y turrón y estaría un poco empachado (por la falta de costumbre, ya que Rosquis no prueba dulce más que en muy contadas ocasiones)
A la mañana siguiente, el sábado 26, estuvo jugando en casa hasta que nos fuimos a casa de los abus paternos y de mi cuñado a celebrar el Sant Esteve comiendo los tradicionales canelones. Aquí le esperaba su regalito de Navidad retrasada: Una mesa de construcción Moltó Blocks que usó más de banqueta para sentarse o para recoger piezas que para montar. Alli comío, durmió una breve siesta y a seguir jugando hasta que nos bajamos a la feria a montarse en los coches un rato. Después, padre e hijo se fueron al parque y Mamá Rosquillas terminó la tarde en el cine viendo Macbeth y a su adorado Fassbender declamando Shakespeare. Y así terminó la primera parte de las fiestas navideñas.
¿Cómo han sido vuestras fiestas de Navidad? ¡Contadme si queréis, gracias!
