Esta semana ha hecho un año de uno de los hitos más importantes hasta el momento en la vida de Rosquis: Sus primeros pasos. Al leer esta mañana en twitter que Koabebé, el hijo de Abigal, de Koamamá blog ya caminaba, he retrocedido inmediatamente un año atrás, cuando comenzó una de las aventuras más apasionantes y agotadoras de nuestras vidas. Todo se inició a los 10 meses, cuando Rosquis, aparte de gatear cada vez con más velocidad, se comenzaba a levantar apoyándose en sillas y muebles bajitos, comenzaría la denominada "etapa de deambulación".
Pero no fue hasta los 11 meses cuando, el 9 de diciembre para ser exactos y en el primer evento de Madresfera al que asistimos, la charla de la mamá pediatra, "Defensa para tus bichos", en que Rosquis dio unos tímidos pasitos, ayudado por una de las monitoras que cuidaban a los peques mientras estábamos en la conferencia. Aquello fue un martes y el sábado en casa, Rosquis dio sus primeros pasitos con Papá Rosquillas y conmigo por el pasillo de casa, la tarde del domingo caminó por primera vez en un parque y, aunque a veces, se caía, se levantaba y no desistía en el empeño de caminar y caminar. Quince días más tarde, ya caminaba solo, y ya no quería que lo lleváramos cogido de las manos. Era muy gracioso verle, pues caminaba con los dos brazos en alto, a modo de darse estabilidad.
A los 13 meses (foto de Carnaval) ya caminaba con los brazos bajados y comenzó a perfeccionar su caminata. A los 14 meses ya corría y a los 16 meses comenzó a trepar, a los 18 meses se subía en mesas bajitas y sillas para nuestro susto...
Además, tanto movimiento implicaba llegar a lugares antes inaccesibles: Armarios y cajones, pomos de puertas, grifo del bidé...No se le podía ya quitar la vista de encima, pues en cuestión de segundos, la podía armar y...¡de qué manera!
Y ahora a los 23 meses ya no quiere salir con silla de paseo y combina ir andando con llevarle en nuestros brazos en los paseos por la calle y en el parque. Se ha hecho autónomo e independiente y ya puedo afirmar que sólo le faltaría hablar (dice aún pocos vocablos, aunque lo entiende y señala todo) y quitarse el pañal para que se le viera más niño y menos bebé de lo que ya se le intuye. La etapa de las rabietas comenzó con sus ansias de exploración hacia los 18 meses, pero este es un tema que ya trataré ampliamente en otro post...
¿Cómo vivís o habéis vivido la etapa de los peques caminantes? Contadme, si queréis. ¡Gracias!